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Hay que enseñarles el mundo mas allá de la polaridad a los niños?

person-1030053_1280Si se hace eso, ellos no tendrán ninguna ambición de crecer más; ellos deben tener ciertas ambiciones, ciertos deseos, para su propio crecimiento. El que se ha investigado plenamente a sí mismo, el que ha llegado a comprender, no tratará de interferir nunca en el juego de la consciencia. No hay ningún creador con un vasto intelecto como tal; todo este juego tiene lugar espontáneamente. No hay ningún intelecto detrás de él, de manera que no trate de imponer el suyo para provocar algún cambio; déjelo en paz. Su intelecto es un producto subsecuente de este proceso, de manera que, ¿cómo puede su intelecto hacerse cargo o evaluar toda la creación? Investigue su sí mismo; éste es el propósito de su ser.

En general suele ser mejor dejar que los niños crezcan en paz a su ritmo, sin meterles ideas en la cabeza que les hagan dudar del mundo antes de estar preparados para ello (lo cual podría producir confusión o depresión, o consecuencias imprevisibles). Lo más sensato es ocuparse uno de sí mismo antes de pretender guiar a otros que no lo han pedido. Y enseñar a los niños o a quien sea con el ejemplo, no inculcándoles ideas que no han pedido. En fin, que estos consejos concuerdan con el proverbio que dice más o menos así: «Antes de pretender cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo». Y matizaríamos añadiendo: y más que cambiar, de lo que se trata es de despertar a lo que realmente eres (por lo tanto es un «cambio» de punto de vista, de actitud, simplemente un «darse cuenta»). Y una vez despierto, verás claro si hay alguien o no que necesite ayuda, y en ese caso qué tipo de ayuda podría parecer necesitar y si existe alguien o algo que pueda proporcionarla. Está muy bien todo lo que salga de la buena intención, aunque las buenas intenciones por sí mismas pueden ser muy ciegas a veces, cuando caemos en la tentación de mirar afuera para guiar a otros antes de habernos prestado atención a uno mismo.

En cuanto a los niños, paciencia con ellos, que todo tiene su ritmo.

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