PRIMAVERA: ELEMENTO MADERA
Hígado y Vesícula Biliar
Pertenece a la Primavera, símbolo del despertar, del renacer o del desplegar multitud de proyectos.
Las semillas en el interior de la tierra, con el agua empiezan a expandirse; comienza la germinación. De este proceso surge la clorofila, el color verde que invade nuestros campos.
La semilla tras su muerte, (la germinación), da paso a otro estado. Esta energía de expansión, anima al hígado y a la vesícula biliar.
El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo. Es nuestro laboratorio privado y el maestro en la gestión de las grasas, con multitud de otras funciones como.
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Almacenamiento de energía, en forma de glucógeno que él mismo produce. También a partir de hidratos de carbono, forma grasas; es importante evitar esta transformación a grasas, pues por la abundancia de alimentos de que disponemos, no las necesitamos. Esta transformación de hidratos de carbono o azúcares, en grasa, se da sobre todo en azúcares de rápida absorción (pasta de trigo refinada, arroz blanco y en general todos los cereales refinados, patatas, pan blanco,….) y los de muy rápida absorción (azúcar, azúcar morena, miel y zumos de frutas), sin embargo, los de lenta absorción, como los hidratos de carbono incluidos en los cereales y legumbres, así como ciertas verduras farináceas como calabazas, nabos, …, consiguen una incorporación paulatina al torrente sanguíneo de glucosas, y el hígado no necesita quitarlas de la sangre, pues antes de transformarlas en grasas le da tiempo a distribuirlas por todo el cuerpo. El cuerpo no permite el aumento de glucosa en sangre pues está se vuelve mas viscosa y pierde capacidad de movimiento, dando mas trabajo al corazón, y la glucosa se une a la hemoglobina y no le permite a esta retener el oxígeno a su paso por los pulmones.
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Liberación de glucosa en sangre, siendo junto al páncreas los responsables de la estabilidad de glucosa en sangre tan necesaria para el cerebro, los genitales y la estabilidad emocional. Situaciones de estrés continuadas vacían los depósitos de glucógeno hepático con la consiguiente fatiga crónica. Fatiga que se aumenta con el uso de estimulantes tipo café, té y chocolate, pues sus alcaloides por medio de la adrenalina liberada en las glándulas suprarrenales, obligan liberar glucosa al hígado. Por esta gestión ordenada de la glucosa, este órgano nos permite vivir horas y días sin comer, de ahí que los bajones de energía siempre hay que mirar al estado del hígado y en segundo lugar a la dieta.
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Producción de energía a partir de las grasas ingeridas y del exceso de proteínas de la dieta, o dicho de otra forma, el hígado es el órgano que se encarga del metabolismo de las grasas y del metabolismo de las proteínas. Así puede desintegrar aminoácidos, como sintetizar otros nuevos. Estos, los puede almacenar en forma de albúmina, siendo de vital importancia en el crecimiento celular, regeneración de tejidos, recuperación de las enfermedades… Aunque tenemos mismos aminoácidos en el reino vegetal que en el animal las proteínas de unos o de otros son distintas dependiendo de la ubicación de los 20 aminoácidos que existen , orden dictado por el código genético (ADN).
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Es el hígado el órgano clave en la depuración y desintoxicación del cuerpo, destruyendo multitud de sustancias, entre ellas el ácido láctico, tóxicos transformados y excretados al exterior por la vesícula biliar y su bilis, o los riñones.
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Es el eje central de la inmunidad, pues tiene que discernir qué destruir y qué no.
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Es el eje de la coagulación de la sangre, formando trombina y protrombina.
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Y por último es el gran gestor de las grasas, aliviando a la sangre de ellas, ayudado del “colesterol bueno” HDL y filtrando y reteniéndolas. La bilis es el resultado de todas están limpiezas. Líquido que a su vez es utilizado en la digestión de las grasas en el duodeno, donde es vertido cuando hay presencia de ellas en nuestros intestinos.
El hígado, para funcionar, necesita la grasa de aceites esenciales o ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y 6, aunque en poca cantidad, más o menos una cucharada al día por persona de aceite virgen, aunque lo mejor sería tomar estos aceites en sus semillas oleaginosas, como girasol, calabaza, sésamo, o en forma de frutos secos como avellanas, nueces o almendras. Se digieren mejor las semillas oleaginosas que los frutos secos, pues son menos concentradas. Que no se olvide que una de las mejores fuentes de aceites esenciales está en el germen de los cereales (arroz, trigo,…), de ahí que no nos cansemos de informar a las personas de las ventajas de consumir cereales integrales de cultivo ecológico. La presencia de estos aceites y su anual enranciamiento, inspiró a los ingleses tras la Revolución Industrial y sus nuevos molinos de acero, a refinar los cereales quitándoles el germen, lugar donde se ubican estos exquisitos aceites esenciales.
Es importante recordar que estos aceites esenciales, carentes en una dieta estándar, son fundamentales en la formación de las membranas celulares; esta carencia de omegas 3 y 6, afecta mucho a nivel de las células intestinales, células, que se están renovando constantemente toda nuestra vida, como el resto de nuestra piel y mucosas. El deterioro de estas mucosas, unido a una flora intestinal poco equilibrada, favorece la inflamación y dejan pasar del lumen intestinal a la sangre, muchas sustancias inadecuadas que nos estresan, haciendo trabajar mucho al hígado y al sistema inmunitario, ya desgastado por otros hábitos. Esta es la base de multitud de enfermedades, que se sabe nacen en el intestino y posiblemente una de las causas de la enfermedades auto-inmunes. Además hay que tener en cuenta que la ingesta de grasas animales, margarinas, bollería, empeora la situación al aportar a estas nuevas membranas intestinales ácidos grasos TRANS, falsos “ladrillos” para construir un muro seguro de separación entre nuestro exterior y nuestro interior. Por eso no es de extrañar el gran aumento actual de la enfermedades auto-inmunes: Esclerosis múltiple, Lupus, Diabetes tipo 1, Enfermedad de Crohn, Artritis reumatoide, Colitis ulcerosa, Síndrome de fatiga critica, Fibromialgia,……
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